Dicen que el amor no tiene fronteras, y es cierto, Vanessa y Vladimir lo comprueban. El poco tiempo que pude compartir con ellos fue tan agradable que no me imagino lo mágico que han de vivir cada día juntos.
A ustedes les quiero compartir un poco de esta algería de vivir este día tan bello con esta pareja, no sin antes agradecerle a Vanessa y a Vladimir por darme la confianza en poder captar todo estos momentos.

Estamos preparados para capturar estos momentos en la iglesia.


¡Unas cuantas fotitos más y que comience el baile!
